En
lo musical creo que no hay mucho que decir sobre esta edición de rock al parque,
siempre será un placer estar viviendo toda la experiencia de la música, que
durante 3 días se tomaron la ciudad y el país; ya que es mucha gente de otras
latitudes del país que se congregan alrededor de este rito distrital que se ha
consagrado como un parche muy bacano.
Los
artistas y sus presentaciones están perfectamente reseñados por mi compañero
Doyle en su crónica de los 3 días de rock al parque que también encuentran en
este portal.
Lo
único que agregare en el tema de artistas es la tarima donde no estuvo mi
compañero Doyle, y fue la tarima “alternativa” de la media torta; y pensaría yo
que es el sitio más familiar y ameno para vivir la música en la capital, ya que
es cómodo, pequeño, tiene una vista envidiable de la sabana capitalina y
podemos ver el artista desde todas partes.
Los
primeros artistas que se subieron a ese pedazo de escenario fueron los Shutmat
trio que es una de la bandas más prometedoras de nuestro distrito capital (y lo
demostraron con el puntaje en la convocatoria (y la asistencia de mucha gente
para abrir este escenario) con una propuesta deliciosamente pensada para los
oídos; entre sintetizadores y guitarras propone atmosferas mentales
interesantes que nos deleitaron por una hora. Después de ese entremés se subió,
para empezar la alabanza y la fiesta, Los mentas desde Venezuela una mezcla
perfecta entre Ska y rockabilly que sonó delicioso, tanto, que a todo el
público le dieron ganas de pogear y alabar impíamente el vino, las drogas, la
rumba y el alcohol.
Después
vino el momento cheesy de la tarde con Manuel Medrano y unos sencillos que no
hacen parte de ningún disco pero que todos (incluyéndome) se los saben, este
hombre además de ser un churro, es un genio en la música y la composición y le
ayudan en esa tarea quienes lo acompañan: un metacho en la guitarra, un bárbaro
en la batería y un veterano en el bajo, que hacen el cuadrado perfecto de esta
marca llamada Manuel Medrano y que se convierta en uno de los artistas que más
se mueven y mas piden en todo el país, además de contar con una fanaticada
grandísima, solo es ver como corean hombres y mujeres sus canciones de la
manera más enardecida.
Después
de esto se sube a alguien que había escuchado nombrar y nunca me había puesto
juicioso a escucharlo (de eso también se trata ir a un festival, de hacer
trabajo de campo; en vez de corear y gritar, también funciona escuchar y
conocer) es el señor nacho vegas un español que le puso el tono melancólico,
pero satírico a esa tarde de festival. Letras que no repiten coro, que cuentan
historias; canciones diferentes que ya no se hacen en el mainstream fue con lo
que nos deleito ese cierre de día, quede asombrado con la mucha fanaticada que
tiene aquí en Bogotá. Recomendado por todo!
Después
de esto se inicio la noche con un mero macho, un man que engrandece el
escenario solo con una guitarra, una armónica y una voz que le dio para cantar más
de una hora, les hablo del mexicano Juan Cirerol; que hombre, que estampa, que
buena onda; con más de 12 canciones nos hizo pensarnos historias de mafia, nos
relataba del amor, las drogas y otros objetos de deseo. Qué buena presentación,
de las más rescatables de todo el festival
después de la presentación, todo quedo bien, “Todo fine”.
El
encargado de cerrar la noche fue el señor Celso piña y su ronda Bogotá, que
hizo remembrar los tiempo del vallenato de antaño y del cuarteto imperial,
invito al vocalista de control machete a cantar los caminos de la vida y con
esa canción cualquiera se estremece. Aunque debo decir que todas las canciones
tenían un sonsonete similar fue una presentación especial, al traer el folclor
de nuestro país cumbiero y vallenato con ese espíritu y esas briznas de México.
Sonó bueno el cierre demasiado folclórico como nos gusta, parecíamos echados de
una fiesta de 15 años con vallenato y demás.
Los
otros días los tiene excelentemente reseñados mi compañero doyle de lo que paso
en el Simón Bolívar, de esas presentaciones (les digo) me encantaron: la de los
pericos después de 30 años de ausencia, los de DUB de gaita con los gaiteros de
san Jacinto, Mitú y esa mezcla deliciosa, obviamente los Atari Teenage Riot que
los esperaba con ansias “locas”, los españoles de Vetusta Morla (como son de
grandes en el escenario esos muchachos), el cierre emotivo de los Cafeta Cuba,
la energía de Zalama Crew desde Cali, el poder de la real academia del sonido,
lo que hicieron nuestros amigos de Yooko fue genial, desde que los escuche y
los tuvimos en #melofilia supimos que serian grandes en tarima y lo demostraron.
Obviamente no debemos olvidar a la banda que está gestando muy buenos proyectos
además de buena música, el diamante eléctrico.
Como
todo festival tiene contradicciones, tiene defensores a ultranza y críticos,
pero en síntesis lo que se vio tanto en la tarima alternativa como en la
tarimas del Parque Simón Bolívar es que el festival está creciendo y así mismo
crece en espectadores que necesitan además de las propuestas de base (metal,
punk, reggae) Otras alternativas que también lleguen a un mundo globalizado en
todo sentido, es por eso que a pesar de que hayan otros escenarios (hip hop al
parque, salsa al parque, rap al parque) es necesario que una institución como
rock al parque se agrande y abarque no solo a jóvenes llenos de energía, sino
también a familias para pasar tiempos diferentes y cambiar también los roles,
las visiones y demás paradigmas que se gestan dentro de la ciudad y de sus
habitantes.
Felicitar
a Idartes y al gobierno distrital por el orden y perpetuar los escenarios; la
discusión del cartel estará siempre mal para uno u otro sector, entonces eso ya
pierde trascendencia en la discusión y el debate. Habrá mejores y peores rock
al parque, es la ley natural de la evolución.
Lo
que se va evidenciando año a año es que el festival se está volviendo un fin de
semana imperdible para el citadino y citadina de a pie, y al colombiano y
colombiana en general. Que la comida, las actividades alternas y la música
están concentrando a la gente haciéndonos participes de: ¡Rock al Parque como
un parche severo para pasar el fin de semana!
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